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Al con-testar nuestras preguntas, sus improvisaciones e imitaciones nos recordaban a iconos de la altura de Chaplin y Cantinflas. En-tonces creó personajes imaginarios con los que jugaba y conversaba. Su vida tuvo un cambio brusco cuando su padre dejó su trabajo en Detroit y se mudaron a San Francisco. En San Francisco fue a un cocolegio muy diferente que le fascinó.

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Elena Poniatowska: Fuerte es el silencio. Elena Poniatowska rastrea en la gran localidad de México los pasos de las muchachas que llegan a emplearse en el servicio doméstico; de las marías y sus maridos que ofrecen frutas de colores en las aceras. Seguramente, en una primera explicación, por el cariño que la autora le tiene a este movimiento y sus protagonistas. En esta crónica, la autora amplía la recreación del sesenta y ocho que ha emprendido en otros textos y se dedica a describir el ambiente social y urbano de aquél año para, después, seguir los pasos de algunos ex-dirigentes estudiantiles y contar lo que hacen doce años después. El México que E. El acrecentamiento de la capital provoca nuevos fenómenos sociales, para los años sesenta la población universitaria comienza a ser masiva, y el principal cuestionamiento al orden social se localiza entre los estudiantes. De allí al movimiento de masas, no hubo mucha distancia: E. En apariencia, para el movimiento estudiantil pudo recuperarse, salió a la calle el 10 de junio, y volvió a ser reprimido. Casi no aparecen, porque son menos evidentes, la decadencia del movimiento entre los estudiantes, la insatisfacción, la frustración o la indiferencia que siguieron al dos de octubre y al diez de junio.


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