En la nota, todas sus vivencias hasta llegar a lo que es hoy. Una historia que nos enseña que a pesar de las difíciles situaciones que tenemos que afrontar, siempre se puede salir adelante. La clave es tener una meta, saber hacia a dónde queremos llegar y no rendirnos ni bajar los brazos cuando las cosas no salen como las soñamos. Así lo hizo Natalia.
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Es que la joven mendocina se mudó a Dubai -uno de los encogido emiratos- en y desde entonces ha participado en grandes proyectos como shoppings, en el restaurante de un jardín de diversiones y hasta en el centro comercial de la capital. Nacida en Godoy Cruz y recibida en la Universidad de Mendoza, partió en para hacer un intercambio con la universidad de Virginia Tech, en Estados Unidos. En Norteamérica permaneció un añada y luego volvió a viajar para realizar pasantías en diferentes estudios de arquitectura en ese país.
Hoteles y lugares donde alojarse en Dubái
Yo ya tenía un parlamento arreglado en caso de que me hicieran muchas preguntas. Caminando con dificultad por el peso fui hacia la salida —pagué medio millón de pesos en sobrepeso—. Un escalofrío me recorrió las extremidades cuando la policía extrajo de mi maleta una bolsa transparente con doce balas. Después de dos días de ver hombres en uniforme camuflado de todos los colores, mi paciencia estaba llegando a su fin. Así que hablé con los camarógrafos y le dije a la jefe de laminadora del Comando General de las Fuerzas Militares que no había tema y que me iba a ir. Mis ojos se encontraron con una cara de piel trigueña, unas gafas de protección y un casco de conflagración. Quedamos de hablar en la tarde, en una tienda dentro de la base militar.